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Reportaje: ¿Ámsterdam, Connecticut? Reformador visionario de las políticas de drogas busca cargo estadual y cambio radical

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Como el resto de los barrios deprimidos en EE.UU., el 130º Distrito de Bridgeport en Connecticut ha sido el punto cero en la guerra contra las drogas hace décadas. En su mayoría negro o latino, como otras vecindades de minorías por el país, ha sufrido los estragos gemelos de la toxicomanía y la prohibición de las drogas. Ahora, un ex oficial de la Marina convertido en reformador de las políticas de drogas busca cambiarlo todo con una visión osada y una candidatura advenediza a la Cámara de los Diputados Estaduales.

Sylvester Salcedo (el segundo de la derecha)
A fines de mayo, el abogado Sylvester Salcedo de Bridgeport anunció que buscaba la nominación del Partido Demócrata para la carrera hacia la Cámara de noviembre en el 130º. Salcedo es famoso en los círculos reformadores de las políticas de drogas por ser el primer y único ex militar a protestar contra la guerra a la droga por la devolución de su medalla de Realización en Marina y Cuerpo Marino al entonces presidente Bill Clinton.

“El uso y abuso de estupefacientes es nuestro problema aquí en casa”, escribió en una carta enderezada a Clinton en la época. “Se debería aplicar las soluciones aquí y no en Colombia o en otro lugar. Gastar esta cantidad adicional de dinero en el extranjero es derrochador y contraproducente”.

Avance ocho años y poco ha cambiado. La guerra contra las drogas sigue aprisa, los arrestos y prisioneros por delitos de drogas marcan nuevos máximos cada año. La violencia relacionada con la prohibición de las drogas sigue plagando ciudades como Bridgeport. Y Salcedo está harto.

“La guerra contra las drogas es una de las más largas de nuestro país, aquí y en el extranjero”, dijo mientras anunciaba su candidatura el 29 de mayo. “Es absurda, derrochadora y contraproducente. Es altamente discriminatoria racial y económicamente. Eso dije en los peldaños del Congreso de EE.UU. en Washington, DC, flanqueado y apoyado por los congresistas republicanos Jim Ramstad de Minnesota y Tom Campbell de California en el verano de 2000”, dijo.

“Ocho años después, las condiciones son las mismas, si no peores, especialmente para los residentes aislados y desamparados de los enclaves de minorías étnicas y barrios como el 130º Distrito”, prosiguió Salcedo. “Quiero ganar este escaño de diputado estadual para ser un líder del cambio. Quiero estar al frente hacia la paz, la comprensión y la cooperación, no a través de la política del miedo y de la discordia y conflicto étnicos. Esta guerra sin sentido contra los pobres y los sin voz debe terminar”.

Salcedo no toma medidas incompletas. Propone transformar el 130º Distrito en una especie de mini-Ámsterdam, una zona de tolerancia de las drogas llena de inyectorios, instalaciones de manutención con opiáceos y ventas tasadas y reglamentadas de marihuana. “Giro en torno a esta idea del Convenio del 130º Distrito, que es declarar el distrito una zona de tolerancia”, dijo.

“Quiero tomar prestado a modelos como los de Ámsterdam o Fráncfort”, explicó. “No propongo una ley de legalización, sino reconozco el hecho de que el 130º es un área de alto tráfico y consumo de drogas, de marihuana a heroína y cocaína. Quiero intentar estos abordajes por aquí. Si vive en el distrito y es adicto a la heroína, colaboraríamos con usted, ya por un régimen de tratamiento y rehabilitación ya por un régimen de manutención. Si escoge la manutención, recibe el nivel de heroína de calidad farmacéutica que necesita. En cualquiera de los casos, recibe servicios médicos, psicológicos y sociales, un examen de admisión, un asistente social y un asesor en materia de drogas que van a colaborar con usted. Pero no será un programa coercitivo o punitivo; en cambio, tendría el designio de desarrollar la relación con el adicto”.

Aludiendo a los colegios, bibliotecas y demás servicios crónicamente infradotados de Bridgeport, Salcedo también pidió ventas reglamentadas de marihuana como captador de recursos. “Quiero inaugurar una serie de cafeterías cannábicas en este distrito”, dijo. “Pueden ser financiadas por la ciudad o pueden ser un proyecto conjunto de iniciativa pública y privada. Si la gente quiere venir acá y consumir, serán bienvenidos, que paguen el precio de mercado y tasen sus compras. Los beneficios pueden ser destinados al fondo general de la ciudad, o, si es una empresa conjunta, una participación va a los empresarios”, dijo. “Seguiremos la experiencia de Ámsterdam y la policía va a cooperar para que no arreste a la gente que viene de las cafeterías”.

Sin duda, Salcedo tendrá una lucha durísima contra el establishment político del Partido Demócrata de Bridgeport y para convencer a los votantes escépticos de que la misma cantaleta de la lucha contra la droga una y otra vez no es la solución. Pero ya ha pasado por el primer obstáculo al conseguir que 290 residentes del distrito firmaran sus peticiones de nominación. Ahora tiene que recaudar $5,000 hasta agosto para mostrar que es un candidato viable y cumplir los requisitos para otros $20,000 en fondos del Estado de Connecticut para las primarias. Por lo menos 150 residentes de Bridgeport deben donar a su campaña para que esté apto. (Eso no quiere decir que la gente que no vive ni en Bridgeport ni en Connecticut no puede donar – sí puede.)

Puede hacerlo, dijo Salcedo. “Faltan ocho semanas para las primarias y nadie esperaba que lograra las firmas exigidas, pero me las conseguí. Y me reuní con cada persona que firmó los documentos de mi nominación. Creo que puedo estar a la altura de este desafío también”.

Va a necesitar un poco de ayuda de la comunidad reformadora de las políticas de drogas en general y de los activistas de Connecticut en particular si es que quiere tener una oportunidad. Cliff Thornton, un destacado reformador de Connecticut, fundador de Efficacy y candidato al Gobierno del Estado por el Partido Verde en 2006, está entre los primeros a manifestarse.

“Seguro que voy a ir y hacer algunas cosas por Sylvester”, dijo Thornton. “Tengo que ayudar al reformador”.

Una cosa que va a aconsejar que haga Salcedo es poner su mensaje de reforma de las políticas de drogas en la retaguarda. “Vamos a intentar afinar su mensaje”, dijo Thornton. “No tiene que abrir con las políticas de drogas. Ya tiene fama de reformador de las políticas de drogas y no tendrá que hablar sobre ello porque la gente le va a preguntar al respecto".

Otra cosa que Salcedo puede hacer es intentar vincular la reforma de las políticas de drogas con otras cuestiones que la comunidad enfrenta, dijo Thornton. “Gastamos algo por el orden de $600 y $800 millones en prisiones en Connecticut cada año”, dijo. “Si lo tomáramos y lo invirtiéramos en la asistencia sanitaria, podíamos cuidar a todos en el estado. Ésa es la especie de relación que necesita trazar”.

Sería bueno si organizaciones nacionales de reforma de las políticas de drogas proporcionaran más que apoyo simbólico, dijo Thornton, recordando su campaña en 2006. “Cuando se trató de sustentar la candidatura de veras, todos desaparecieron”, dijo. “Las organizaciones madre enviaron a unas cuantas hijuelas aquí y allí, pero no lo suficiente para causar impacto. Y eso es una vergüenza. Empezamos a elegir buenos políticos reformadores de las políticas de drogas, como Roger Goodman en el Estado de Washington y Chris Murphy aquí en Connecticut. Sus oponentes los atacan por su indulgencia en las políticas de drogas y suben en las encuestas. Podemos elegir a la gente si la apoyamos”, dijo Thornton.

Salcedo necesita la ayuda, dijo. “Ahorita esto es básicamente una campaña de un hombre y tengo un empleo a jornada completa”.

Con todo, dijo, puede ser capaz de salirse con una victoria sorpresa. “Va a ser una elección con baja comparecencia, no hay otras cuestiones en votación por aquí y el único motivo por el cual la gente va a las urnas es para votar en mí por el cambio o porque están atados a uno de los candidatos del establishment”, dijo. “En este distrito en esta elección, quizá 200 ó 300 votos pueden hacerme ganar. Voy a dejar de rodeos y conversar cara a cara con la gente. Haré todo lo posible y luego les toca a los electores".

(Esta entrada fue publicada por el ala cabildera de StoptheDrugWar.org, la Drug Reform Coordination Network o Red Coordinadora de Reforma de las Políticas de Drogas, que también comparte los costes de mantener esta página web. La Fundación DRCNet no asume posturas respecto a los candidatos a cargos públicos en conformidad con la sección 501(c)(3) de la Ley Tributaria Federal de EE.UU. y no remunera reportajes que puedan ser interpretados o malinterpretados por hacerlo.)

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